¿Es buen momento para invertir en India? 🇮🇳
Las acciones indias eran la moda, pero la desaceleración del mercado en los últimos meses ha llevado a los inversores a preguntarse si estamos ante una oportunidad única o ante una trampa de valor.
En los últimos años el mercado indio ha ofrecido unas rentabilidades espectaculares a los accionistas.
Sin embargo, el último año ha sembrado dudas en el potencial crecimiento del país, lo que se ha reflejado en caídas el mercado de valores.
Ante esta situación, los inversores se preguntan ¿oportunidad o trampa de valor?
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Un poco de historia
El mercado de valores indio tiene sus raíces en el siglo XIX, durante el período colonial británico. En 1875, se estableció la Bolsa de Valores de Bombay (Bombay Stock Exchange o BSE), considerada la bolsa más antigua de Asia. Comenzó con un pequeño grupo de 22 corredores que se reunían bajo un árbol de baniano en el área de Horniman Circle en Bombay (ahora Mumbai) para negociar acciones de empresas textiles y algodón.
A medida que la economía india crecía, especialmente en los sectores textil, de ferrocarriles y plantaciones, aumentó la demanda de capital y, por ende, la actividad bursátil. En 1908, se estableció la Bolsa de Valores de Calcuta (Calcutta Stock Exchange), reflejando la necesidad de una plataforma financiera en la región oriental del país.
Durante este período, el mercado de valores comenzó a diversificarse, incluyendo empresas de diversos sectores como infraestructura, manufactura y más. Sin embargo, las operaciones estaban limitadas a un círculo cerrado de inversores y carecían de regulaciones estrictas.
Tras la independencia en 1947, la India adoptó una economía mixta, centrada en el desarrollo industrial y agrícola. El gobierno reconoció la importancia del mercado de valores para movilizar recursos financieros y promulgó leyes para regular y supervisar las actividades bursátiles. Durante este período, se establecieron varias bolsas regionales en ciudades como Delhi, Chennai y Ahmedabad, ampliando el alcance del mercado de valores en todo el país.
La década de 1990 marcó un punto de inflexión con la liberalización económica de la India. Enfrentando una crisis de balanza de pagos, el gobierno implementó reformas para abrir la economía al mundo, como la apertura a la Inversión Extranjera Directa (IED) y la desregularización y privatización de varios sectores.
En 1992, se estableció la Bolsa Nacional de Valores de la India (National Stock Exchange o NSE). En la actualidad, la combinación de una población joven y muy vinculada al sector tecnológico, sumado al fuerte crecimiento económica, posiciona a la India como un actor clave en los mercados financieros, muy vigilada de cerca por los inversores a nivel global.
Situación actual del país
India se ha consolidado como un fuerte candidato para ser el mercado emergente más relevante en los próximos años. Diversos analistas proyectan que India podría convertirse en la tercera economía más grande del mundo para 2030. Su rápido crecimiento económico, combinado con reformas estructurales y una demografía favorable, está atrayendo la atención de inversores globales.
Sin embargo, el crecimiento económico del PIB se ralentizó en 2024, con un crecimiento interanual de ‘solo’ el 5,4 % en el segundo trimestre fiscal, el menor de los últimos siete trimestres. El ejercicio fiscal (termina en marzo de 2025) puede cerrar con un crecimiento del 6,5%, según las previsiones del Banco de la Reserva de la India (RBI), lo que supone una ralentización respecto al 8,2% del año previo.
A pesar de esta ralentización del crecimiento de la economía en los últimos trimestres, parece que en la actualidad este vuelve a acelerar, y podría alcanzar el 6,8-7% en 2025-26. Algunos indicadores positivos son la recuperación del gasto público y el crecimiento del consumo privado, esto último gracias, en gran medida, a la ralentización de la inflación.
Todos estos indicadores sitúan a India como principal mercado emergente en crecimiento para los próximos años, como muestran los datos del Fondo Monetario Internacional.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial destacan que las reformas económicas implementadas en los últimos años, junto con un fuerte consumo interno, están impulsando este crecimiento. Iniciativas gubernamentales como "Make in India" y "Digital India" han fomentado la modernización, la digitalización y la atracción de inversión extranjera directa (IED), que superó los 80.000 millones de dólares en 2023
Además, India está experimentando una diversificación económica, con sectores como tecnología, manufactura y servicios desempeñando roles cada vez más importantes, y las recientes elecciones estatales en Maharashtra también ha reforzado la confianza en la capacidad del gobierno central para implementar reformas adicionales cruciales para impulsar el crecimiento.
Entonces… ¿es buen momento para invertir?
En los últimos años, la Bolsa india ha ofrecido un desempeño notable, consolidándose como uno de los mercados emergentes más atractivos para los inversores. El índice selectivo BSE Sensex 30 experimentó un crecimiento del 180% desde los mínimos de la pandemia, lo que ha permitido rendimientos excelentes.
Sin embargo, el mercado de valores indio ha experimentado un notable cambio de tendencia en 2025, con una ola de ventas que ha afectado la confianza de los inversores. Los principales índices han perdido valor, generando dudas sobre la sostenibilidad del crecimiento del país, y por lo tanto del mercado, bajando los múltiplos exigentes a los que cotizaban muchas de las empresas.
Esta situación ha generado una importante cuestión: ¿la actual situación representa una oportunidad de compra para posicionarse en este país de fuerte crecimiento o si el potencial de subida es limitado debido a las altas valoraciones? El debate está servido.
Estas caídas se atribuyen a diversos factores, como que los beneficios han sido menores de lo esperado, que el crecimiento del país se ha desacelerado, el miedo a que los aranceles de Trump puedan afectar a las empresas, un monzón deficiente o una disminución en las entradas minoristas nacionales. Todos estos aspectos han generado una presión a la baja.
También muchos analistas advierten sobre la sobrevaloración de ciertos sectores. Como siempre sucede, cuando las empresas que cotizan a múltiplos más elevados empeoran sus perspectivas, estos suelen caer, lo que provoca alta volatilidad en el mercado (margen de seguridad y tal). Hay que recordar que desde la pandemia el MSCI India ha ofrecido unos rendimientos prácticamente similares al S&P 500.
Frente a quienes ven estos desafíos a corto plazo, encontramos a quienes defienden las sólidas perspectivas de crecimiento a largo plazo. La India sigue contando con fundamentos sólidos a largo plazo, como una demografía favorable con una población joven, un crecimiento económico impulsado principalmente por la demanda interna, una clase media creciente (más de 400M de personas en los próximos años) o un aumento de la inversión doméstica en acciones.
Además, la menor dependencia de la demanda final china en comparación con otros mercados emergentes la posiciona de manera más resiliente que otros mercados emergentes ante los desafíos macroeconómicos globales. Ejemplo de esto ha sido que lleva batiendo al MSCI EM durante cuatro años consecutivos.
Todos estos factores se traducen en que analistas de Bloomberg o Jefferies estiman que los beneficios del ejercicio fiscal de 2026 vuelvan a crecer a ritmos similares a los del de 2024. Morgan Stanley Research incluso prevé que el mercado de valores indio podría alcanzar el tercer lugar a nivel mundial para finales de esta década.
Conclusiones
Es evidente que el mercado de valores indio a generado un mar de dudas para los inversores, enfrentando el potencial crecimiento con los exigentes múltiplos de valoración.
Hay evidencias claras que estamos ante un mercado que experimentará un fuerte crecimiento durante los próximos años, especialmente en aquellos sectores vinculados a la mejora de la calidad de vida y el consumo de la clase media (salud, consumo discrecional o sector inmobiliario creo que pueden ser algunos de los más favorecidos). Sin embargo, no es menos ciertos que algunas de las principales empresas cotizan a múltiplos muy exigentes, y una ligera caída de las expectativas de crecimiento futuro puede estacar las cotizaciones.
Si sois lectores habituales ya sabréis que mi estrategia es analizar una por una mis inversiones y no centrarme tantos en los aspectos macroeconómicos a largo plazo, aunque siempre me gusta analizarlos para poder tomar con criterio mis decisiones.
Por lo tanto, creo que es interesante conocer estos apectos para buscar oportunidades en sectores que se pueden ver beneficiados de este crecimiento en el país, pero que a su vez no estén a unos múltiplos demasiado exigentes, por si las expectativas macroeconómicas no llegasen a cumplirse.
¡Y esto ha sido todo por ahora! But we will meet again
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