Iniciación a la inversión: No confundir volatilidad y riesgo
Aunque ‘riesgo’ y ‘volatilidad’ a veces se utilizan indistintamente, no significan lo mismo. En este artículo repasaremos la definición de ambos y sus diferencias.
El riesgo se refiere a la posibilidad de que un activo pierda valor.
La volatilidad es la probabilidad de que haya un cambio repentino o una gran variación en su precio.
Aunque la definición no deja lugar a dudas de que ambos términos no son sinónimos, a menudo muchas personas toman ambas definiciones como las dos caras de una moneda.
Hoy veremos cómo riesgo no es igual a volatilidad ¡Acompáñame a ver estas diferencias! 📡
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Ahora sí, ¡Empezamos!
El riesgo se refiere a la posibilidad de que un activo pierda valor, mientras que la volatilidad es la probabilidad de que haya un cambio repentino o una gran variación en su precio. Aunque "riesgo" y "volatilidad" a veces se utilizan indistintamente, no significan lo mismo. Los dos a veces están relacionados, pero entender la diferencia entre riesgo y volatilidad es crucial para que los inversores tomen decisiones inteligentes.
Pero vamos a verlo paso a paso.
¿Qué es la volatilidad?
La volatilidad es una medida de la variación de los precios de un activo financiero a lo largo del tiempo. En esencia, mide la intensidad de las fluctuaciones en el precio de un activo, ya sea al alza o a la baja. Se calcula como la desviación estándar de la rentabilidad de un activo con respecto a su media histórica
Un activo es considerado volátil cuando su precio cambia rápida y significativamente en un corto periodo. A mayor volatilidad, mayores oscilaciones de los precios.
A menudo la volatilidad se utiliza comúnmente para evaluar el riesgo de una inversión. Organismos reguladores como la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) utilizan una escala de riesgo del 1 al 7 basada en la volatilidad del producto financiero. Sin embargo, esta asociación no siempre es precisa, ya que la volatilidad solo captura una dimensión del riesgo total de una inversión.
Es importante destacar que la volatilidad no es inherentemente negativa. Para los inversores con un horizonte de inversión a largo plazo, la volatilidad puede incluso ser beneficiosa, ya que presenta oportunidades para comprar activos a precios más bajos durante las caídas del mercado
¿Qué es el riesgo?
El riesgo financiero es la probabilidad de que se produzca un acontecimiento negativo que provoque pérdidas monetarias permanentes, respecto a la inversión realizada o al retorno esperado.
Este concepto abarca muy diversas situaciones, como la posibilidad de que una inversión no genere los rendimientos esperados o que una empresa enfrente dificultades financieras. Lo que hay que tener claro es que todas las inversiones conllevan algún grado de riesgo.
Mientras que la volatilidad se centra en las fluctuaciones pasadas del precio de un activo, el riesgo engloba una gama más amplia de factores que pueden afectar el valor de una inversión, tanto en el presente como en el futuro. Algunos de estos factores incluyen:
Riesgo de mercado: Se refiere a la posibilidad de que una inversión pierda valor debido a factores macroeconómicos, como la inflación, las recesiones o las fluctuaciones en los tipos de interés.
Riesgo de liquidez: Describe la dificultad de vender un activo rápidamente y a un precio justo debido a la falta de compradores en el mercado.
Riesgo de crédito: Aplica a las inversiones en deuda, como bonos, y se refiere a la posibilidad de que el emisor no pueda cumplir con sus obligaciones financieras.
Riesgo de divisa: Se asocia a las inversiones en activos denominados en moneda extranjera y se refiere a las pérdidas potenciales derivadas de las fluctuaciones en los tipos de cambio.
Riesgo político: Surge de la incertidumbre asociada a las decisiones gubernamentales y a la estabilidad política de un país, que pueden afectar negativamente el valor de una inversión.
Riesgo regulatorio: Se deriva de los cambios en las leyes y regulaciones que pueden afectar a un sector o a una empresa en particular.
Desenredando la Confusión: Volatilidad como Proxy del Riesgo
La confusión entre ambos términos surge porque la volatilidad a menudo se utiliza como indicador para medir el riesgo. Un activo con alta volatilidad puede ser visto como más arriesgado porque sus precios fluctúan más, lo que puede llevar a mayores pérdidas o ganancias.
Como hemos dicho, instituciones como la CNMV cogen la volatilidad como indicador de riesgo, aunque la volatilidad únicamente evalúa los movimientos del precio en el pasado y suele medirse en el corto plazo, mientras que los riesgos tienen que tener en consideración muchas variables en un horizonte temporal más amplio.
Por todo ello, considero que es un gran error para cualquier inversor tomar la volatilidad como un proxy para el riesgo.
Es cierto que algunos movimientos de gran volatilidad resultan de acontecimientos que han podido poner en riesgo el valor intrínseco de un activo, pero en muchos casos se trata de eventos que afectan en el corto plazo y no en el largo. La volatilidad solo captura una dimensión del riesgo total de una inversión, la cual no tiene por qué ser negativa.
Un claro ejemplo de esto puede ser la burbuja puntocom. Acciones como Amazon o Microsoft sufrieron grandes volatilidades, lo que no quiere decir que hubiese riesgo en la quiebra del negocio, al revés, y muchos inversores lo aprovecharon pudiendo comprar acciones tecnológicas a bajos precios y obtener unas altas rentabilidades con la recuperación en los años posteriores.
Volatilidad como oportunidad para el inversor astuto
En el "El Inversor Inteligente" de Benjamin Graham[1] se introduce la figura de "Mr. Market" para ilustrar la naturaleza a menudo irracional del mercado de valores. Mr. Market representa la personificación del mercado, un personaje que ofrece comprar o vender acciones a diario a precios que a menudo están influenciados por el miedo, la euforia y otros sesgos emocionales, y no por el valor real de la empresa subyacente.
Graham argumenta que los inversores inteligentes no deberían dejarse influenciar por las emociones de Mr. Market y sus fluctuaciones a corto plazo, que pueden reflejarse en la volatilidad que hemos ido hablando a lo largo del artículo. En cambio, deben centrarse en el análisis fundamental de las empresas, evaluando su rendimiento operativo, sus ventajas competitivas y sus perspectivas de crecimiento a largo plazo. Es decir, evaluar el valor y los riesgos, para poder aprovechar las oportunidades de compra cuando Mr. Market ofrece precios irracionalmente bajos, comprando acciones de empresas sólidas con un descuento. Esto nos permite aprovechar la volatilidad sin incurrir en riesgos, al contrario, nos da un margen de seguridad.
Conclusión
La volatilidad puede ser una oportunidad para inversores a largo plazo que buscan comprar activos a precios más bajos durante las caídas del mercado.
El riesgo, en cambio, representa una amenaza potencial para el logro de los objetivos financieros a largo plazo. Implica la posibilidad de perder capital de forma permanente y debe gestionarse de forma proactiva mediante la diversificación, la selección cuidadosa de activos y una comprensión profunda del perfil de riesgo individual.
Como inversor, veo fundamental comprender la diferencia entre ambas, utilizando la primera para obtener mejores rentabilidades y alejándose de aquellas que tengan más riesgo. Ya sabéis que esto va de no perder dinero.
“La primera regla de una inversión es no perder [dinero]. Y la segunda regla de una inversión es no olvidar la primera regla. Y esas son todas las reglas que existen” Warren Buffett
¡Y esto ha sido todo por ahora! But we will meet again
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[1] Benjamin Graham (1973) The Intelligent Investor, pg. 61, Harper, New York.